a convicción de Gaspar Garrote, doctor en medicina con dedicación profesional en el centro penitenciario Puerto 2 y un amplio bagaje en el trabajo con drogodependientes desde el año 1981, de que a menudo preocupan más.
Los casos, pueden llegar a la esquizofrenia o el suicidio aunque también puede llegar a modo de cuadros gastrointestinales o alérgicos, depresión, infantilismo, pérdida de peso y apetito, frigidez o impotencia, deterioro mental.
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